viernes, 29 de agosto de 2008

TARZÁN Y EL ARCO IRIS

"Tarzán y el arco iris"
Director: Manuel Caño
Guión: Santiago Moncada
Intérpretes: Steve Hawkes, Peter Lee Lawrence, Ángel del Pozo, Agata Flori, Richard Rod, Robin Aristorenas, Kitty Swan, Javier Maza
(España-Italia-Filipinas, 1972)
Película emitida el Martes 26 en la primera sesión, 18:00h. de "Peor... ¡Imposible! X", en la cual una señora se quejó en voz alta de las risas del público mientras intercalaba diálogos con los personajes de la película, lo que trajo consigo la discusión con otra señora, todo ello en plena proyección (¿?). Tarzán, imperturbable, seguía a lo suyo.
Sinopsis:
Tarzán intenta ayudar a Hasu, (un niño hijo de su amigo, el rey de la tribu, recientemente fallecido), en una carrera llena de peligros con un fiero guerrero, para hacerse con el poder de una figura sagrada (el arco iris) que le daría el derecho a suceder en el trono a su padre. Un trío de cazadores que intentan hacer su agosto capturando animales complicarán las cosas cuando vean en Tarzán una atracción de feria que podría aportarles beneficios.
Exploitation de las películas de Tarzán, por supuesto, no autorizada, realizada en co-producción entre España, Italia y Filipinas por el especialista (en producciones de bajo presupuesto) Manuel Caño, encargado de títulos como "Tarzán en la gruta de oro", "El pantano de los cuervos" o "A mí que me importa que explote Miami".
Sin duda, el personaje literario creado por Edgar Rice Burroughs ha sido uno de los que más veces se ha adaptado a la gran pantalla, de hecho, Steve Hawkes es el número catorce de una lista de dieciocho, sin contar la película de animación. Del mismo modo, desde sus primeras apariciones en el cine su figura ha sido adulterada. Recordemos la fluidez verbal del personaje novelesco, que aprendía inglés simplemente ojeando libros en ese idioma, en contraste con el habla parca e inarticulada del personaje cinematográfico. Pues bien, el Tarzán que interpreta Steve Hawkes desvirtúa el personaje hasta hacerlo prácticamente irreconocible, lo que, en realidad, convierte a "Tarzán y el arco iris" en una película imprescindible. La carcajada está asegurada. El patilludo protagonista de la desconcertante "Blood Freak" incorpora un nuevo y curioso grito (no se si producto exclusivo del doblaje) al personaje, realiza esplendidas e innecesarias acrobacias a lomos de los elefantes, se comunica con los animales, haciendo bailar a un avestruz o consiguiendo que un enorme elefante le quite las esposas con su trompa.
La hilaridad está presente desde el comienzo. Cuando se celebra el Guaromi (la búsqueda del arco iris para hacerse con el trono) y el príncipe heredero, que no es más que un niño ha de pelear el trono contra un tipo calvo, fuerte y con cara de pocos amigos, o la pelea que enfrenta a Tarzán con un cocodrilo de goma (hay unos cuantos planos en los que no vemos ni a Tarzán ni al cocodrilo en la pantalla pero sí un chorretón de sangre que posteriormente desaparece), que me trajo a la memoria al pobre Bela Lugosi con aquel pulpo en "Plan 9 from other space". No faltan escenas de gran belleza, como las que protagoniza Tarzán junto a su compañera, Irula, (la escultural y bella Kitti Swan, que ya estaba presente en "Tarzán y la gruta del oro" 1969. Se ve que le cogió vicio) buceando en el fondo del mar (que por cierto es la misma repetida, utilizándola además para cerrar el film. ¡Con un par!), una pena que esa música edulcorante, más propia de una peli porno de los ochenta, la estropee.
La sub-trama de los cazadores está metida en la historia con calzador. Aparte de capturar a Tarzán, encerrándolo en una jaula con la intención de exhibirlo en la ciudad como si de King-Kong se tratase, forman un extraño triángulo amoroso, y digo extraño porque la chica está casada y en ningún momento da bola al rubiales que se la intenta llevar al huerto. Prefiere quedarse con su marido alcohólico, que es, además, un desastre para los negocios, (¡si es que esta chica es un lince!)
La historia por tanto, con un montaje bochornoso que la hace avanzar a un ritmo lentísimo, va intercalando las tres tristes tramas como si de una tele-serie mala se tratara. Vemos al niño con el guerrero malote pisándole los talones en su búsqueda de la figura sagrada, acto seguido al trío "amoroso" discutiendo sobre qué es mejor para su negocio de caza sin escrúpulos, y después a Tarzán, que mientras no vela por la seguridad del niño anda por la selva de liana en liana y pegándose unos chapuzones (es lo que tiene vivir en la selva y no tener que pagar hipoteca)
Una curiosa anécdota que casi acaba en tragedia: La escena en la que Tarzán es atado de pies y manos y rodeado por fuego, acabó quemando realmente a Steve Hawkes y a Kitty Swan, teniendo que ser ingresados ambos en el hospital. Puede apreciarse en algún plano corto de la película la quemadura sufrida por el actor.

2 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kraven dijo...

Bella y natural como la vida misma. No como las artificiales bellezas actuales, logradas a base bisturí.