La redacción de éste artículo se la debo a mi amigo Albert, el cual, intentando meterme el miedo y el gusto en el cuerpo, me animó a visitar una página dedicada a los cinco insectos más peligrosos del mundo. Desde aquí invito a todo aquel amante de la naturaleza extrema sin miedo (aunque si tiene miedo mejor que mejor) al peligro que se adentre en este fascinante mundo http://www.cracked.com/article_15816_5-most-horrifying-bugs-in-world.html (presten especial atención al video en el que las avispas no tienen piedad ante una indefensa colmena). Entusiasmado en su narración me fue describiendo uno a uno los terroríficos métodos de ataque que seguían estos artrópodos: el avispón japonés, la hormiga bala, la marabunta, la abeja africanizada y la bot fly (desconozco su traducción al castellano, pero os puedo asegurar que es una mosca con muy mala idea) tras acabar de enumerar la portentosa habilidad predadora de tan singulares seres, Albert, planteó una interesante reflexión, ¿Por qué no hacer películas de ficción basadas en los modos y costumbres de estos insectos, simplemente, sin tener que recurrir a las habituales mutaciones; no son suficientemente peligrosos ya de por si? La realidad una vez más superaba a la ficción.
INTRODUCCIÓN
La ciencia-ficción, tanto en literatura como en cine ha mostrado siempre una gran debilidad por los insectos, gracias a ellos se han llenado innumerables páginas y kilómetros de película, pero normalmente siempre desde un punto de vista fantástico, llegando a otorgar en ocasiones, características propias de los artrópodos a seres extraterrestres, como, por ejemplo, en la celebérrima “Alien” Ridley Scott, 1979 y en sus tres continuaciones hasta el momento.
La definición exacta de insecto excluye; por ejemplo, a las arañas, a los ciempiés o a los escorpiones. Como no podíamos dejar de contar con una de las reinas indiscutibles de la serie B (me refiero por supuesto a las arañas), hemos decidido cambiar el término insecto (ser de la familia de los invertebrados, artrópodo de seis patas, en ocasiones alado) por el más indefinido de bicho.
Según el diccionario Maria Moliner, bicho es un nombre aplicado a todo animal pequeño, despectivamente o por no saber como llamarlo; así mismo, puede emplearse para referirse a cualquier animal, o a una persona malvada o fea, a un niño inquieto y revoltoso y también a un toro de lidia.
El artículo se centrará en aquellos animales pequeños que normalmente causan la nausea y el miedo atávico en el ser humano, tanto dentro como fuera del cine; independientemente de su ferocidad. Es decir; hablaremos de ratas, murciélagos (exceptuando las transformaciones vampíricas), tarántulas, serpientes, etc… y, lógicamente, no de perros, gatos o conejos (éstos, sin duda, merecen un artículo aparte, por lo inquietantes que resultan, sobre todo en el cine norteamericano ¿Qué coño les pasa a los yankees con estos seres tan inofensivos?) debido a que son animales domésticos (al menos los dos primeros)
ADORANDO A LOS BICHOS
Actualmente los bichos gozan de una salud envidiable, al menos dentro de las pantallas y sobre todo en el mundo de la animación. El último gran éxito ha sido la oscarizada producción de Pixar, "Ratatouille", Brad Bird, 2007. Protagonizada por unos simpáticos y traviesos ratones, con el cheff Remmy a la cabeza. Aquí, el mal bicho, personalizado en el jefe del restaurante, era de carne y hueso. También reciente la entrañable cinta de Dreamworks, "Bee movie", Steve Hickner, Simon J. Smith, 2007. Fábula imaginativa e hilarante que nos muestra lo triste que podría ser el mundo sin las abejas. En ambas producciones los humanos se comunicaban verbalmente con los bichos, los que tenían mejores sentimientos que la mayoría de las personas.
Claros antecedentes de estas dos películas son “Antz” Eric Darnell y Tim Johnson, 1998 debut de la productora, (por aquel entonces de Steven Spielberg) Dreamworks, que sorprendió con su original planteamiento en el que una hormiga se rebela contra su jerarquizado sistema; y “Bichos” Andrew Stanton y John Lasseter, 1998, que apostó por un planteamiento mucho más tradicional; la fábula de la cigarra y la hormiga, (que sorpresa viniendo de Disney) pero que se atrevía a parodiar a “Los siete samurais” de Kurosawa.
Como podemos apreciar, fijándonos en las producciones de animación, los insectos, en especial las hormigas y las abejas, son vistas como bichitos adorables que no tienen ninguna intención, a priori, de hacer daño a los humanos. ¿Quién no recuerda a la abeja maya o a la hormiga atómica? La hormiga bala y el avispón japonés son casos aislados dentro de los millones de insectos que habitan el planeta, pero después de recabar información sobre sus tendencias agresivas, Z y Maya nunca volverán a ser los mismos.
La sociedad, hoy día, tiene un interés creciente por los bichos, sobre todo si estos son exóticos. Hurones, cerdos vietnamitas, serpientes, tarántulas, escorpiones (genial la aparición de uno de los hijos de Robert Rodríguez en Planet Terror con su “pequeñín” en el terrario) son actualmente las mascotas de moda, las que, por cierto, cuestan más de un disgusto a sus entusiastas dueños. ¿Cuántas muertes a causa de sus mascotas se han de producir para que la gente deje de comprar boas constrictor o pitones? ¿No se dan cuenta de que son animales salvajes? ¿Cuánta gente ha tenido que donar su serpiente a un zoo porque los estaba midiendo?
El actual interés por los bichos llega a tal punto, que bianualmente se celebra un festival cinematográfico en la ciudad de Prada de Conflent (Francia), dedicado en exclusiva a la reproducción de películas sobre insectos, ya sean documentales, de corte fantástico o de animación; y que va ya por la décima edición.
LOS ALBORES
Este interés del mundo del cine en particular y del arte en general no es pasajero. Los bichos han campado a sus anchas por las pantallas antes incluso del comienzo del siglo pasado, la primera película en la que se tiene constancia de ellos es “The spider and the fly” del año 1899.
Casi treinta años más tarde vería la luz uno de los iconos de la animación. De la mano de Ub Iwerks o Walt Disney, dependiendo de la fuente consultada, aparecería Mickey Mouse, protagonizando el primer cortometraje animado sonoro de la historia, titulado “Steambot Willie” del año 1928. El ratón más famoso del mundo, protagonista de películas, series, generador de merchandising de todo tipo y abanderado de la compañía hasta los años noventa, en los que las técnicas de animación por ordenador, sobre todo las realizadas por Pixar, con su revolucionaria Toy Story, acabaron para siempre con el dibujo clásico, cuyo canto de sirena fue Zafarrancho en el rancho.
LOS AÑOS CINCUENTA, LA DÉCADA DE ESPLENDOR
Los bichos, sin embargo, no han sido retratados siempre de forma amable por el cine. En la década de los cincuenta, sin duda, la década prodigiosa del cartón piedra, de los drive-in, de las pin-ups, de la sci-fi y también del cine de bichos, estos seres, aparecerían en las plateas como entidades monstruosas y despiadadas, dispuestas a devorar a todo insignificante humano que se le pusiera por delante. Eran tiempos de guerra fría y paranoia atómica, los insectos multiplicarían su tamaño para atormentar los sueños de los norteamericanos.
Cuatro de los clásicos más representativos del género se estrenaron en dicho periodo: la magnífica "Them!", Gordon Douglas, 1954 (comentada en fagiafilia en la sección sci-fi), "Tarántula!", Jack Arnold, 1955, todo un hito dentro de las Giant-monster movies (películas de insectos mutantes) Un mad-doctor trabaja en una pócima que provoca gigantismo. En mitad de una pelea entre el doctor y uno de sus “conejillos de indias” la pócima se derrama sobre una tarántula que comenzará a sembrar el pánico entre la población a medida que aumente de tamaño, transparencias, deformidades y mucha mala leche.
También del prolífico Jack Arnold es “El increíble hombre menguante” 1957, posiblemente una de las mejores películas de la ciencia-ficción de la historia. Aquí los bichos no aumentan de tamaño; como indica su título, es el hombre el que empequeñece; en un relato que mezcla existencialismo y aventura a partes iguales. ¡No soy nadie doctor! Nunca una araña común ha dado tanto miedo.
“La mosca” Kurt Newman, 1958. Otro clásico indiscutible con la presencia del impagable Vincent Price. De nuevo un mad-doctor como desencadenante de la catástrofe, aunque, en esta ocasión, sólo se haría daño a el mismo. Al intentar tele-transportarse, una mosca entrará en la cápsula, mezclando los genes del insecto con los del científico. Todo un gustazo de la mejor serie-b; esa cabeza de mosca con ojos dorados y cuerpo humano perfectamente trajeado. Sería objeto de dos secuelas, “El regreso de la mosca” Edward Berns, 1959 y “La maldición de la mosca” Don Sharp, 1965.
Otras películas menos conocidas, que no gozan del prestigio de las anteriores, pero que merecen ser mencionadas por su aportación al género y su descarada vocación exploit serían:
“The Spider” Bert I. Gordon, (uno de los francotiradores del sub-género) 1958. Una araña gigante oculta en una cueva, tela de araña inmensa y opresiva y rock and roll como revitalizador arácnido. Pura psicotronía.
“The brain eaters” Edwin Nelson, 1958. bichejos provenientes del espacio exterior atemorizan el estado de Illinois, se aferran al cuello de sus víctimas y controlan sus cerebros.
“La mujer avispa” Roger Corman, 1959. El Rey de la serie b no podía dejarnos sin un bocado kitsch para cerrar la década (un par de años antes había realizado la delirante "Attack of the crab monsters" ¡Cangrejos, go to the sea!). Obra de culto dentro del cine trash. Janice Starlin es una empresaria obsesionada por la belleza que no quiere envejecer (¿cuantos argumentos habrá inspirado “El retrato de Dorian Gray”?) para impedirlo pone a trabajar al Dr. Zinthrop en un suero fabricado a partir de encimas de avispa. No hay que ser muy listo para imaginarse los resultados.
Como represalia a la redacción del artículo me acaba de picar un mosquito... ¡No es broma! espero no pasar a engrosar la lista de mutantes, creo que en Marvel ya tienen bastante.
6 comentarios:
Espeluznante el vídeo de las avispas!
Es curioso.... El mundo de los bichos en el cine casi siempre ha estado ligado a la serie B, y cuando han tenido algo más de presupuesto se las ha tachado de películas malas e insoportables.
De las que nombres, quizá "El increíble hombre menguante" sea una de las más serias, supongo que tembién tiene que ver el hecho de que es el protagonista el que mengua y los bichos no tienen el protagonismo que tienen en otras cintas.
Joya aparte, "La mujer aavispa", pero es que Corman es Corman...
Me gustaría recordar la memorable película francesa, El planeta salvaje, en la que vemos a los humanos como... "Bichos"... Sería interesante descubrir más películas de este tipo, en las que los protas aparecen como los bichos de los que hablas, al menos en cuestión de tamaño.
Ah! La inolvidable "Cariño, he encogido a los niños"! Je! Vaya tela...
Buen artículo!
No te quepa duda de que haré ese artículo.
Todo lo que sean monstruos gigantes serán bien recibidos en esta página.
Me anoto "El planeta salvaje", la tengo pendiente.
Una de mis debilidades es "La guerra del monstruo colosal"
Saludos!
Buenos momentos los pasados con Albert y el resto del grupo en Madrid.
Estupendo artículo sobre esos bichos que nos producen aterradoras pesadillas y unos terribles picores en las salas de cine al aire libre.
¿Puedo añadir un bicho más en la lista? No es exactamente un insecto, pero la película merece la pena: SSSSSnake (1973) de Bernard L. Kowalski, película que vi en mi adolescencia y que me pareció especialmente aterradora dado que narra como un ser humano es convertido, literalmente, en una cobra sin que siquiera se percate de ello. ¡Espeluznante!
¡Felicidades por la página!
Fulanito, se me está haciendo la boca agua por esa peli de la que me hablas.
A propósito, próximamente colgaré un post dedicado a "No profanar el sueño de los muertos" de Jorge Grau.
Gracias por tu comentario, nos veremos en Madrid, seguramente en otro musical de la Gran Vía (soñar es gratis, ¿no?)
Un abrazo!
¡¡cagonmimadre!! joder con el avispon japones, pobres avejitas mayas.Mas impresionante aun la bot fly. Desde luego que el mundo de los artropodos es un filon sin explotar para el cine, que desperdicio.
Con el tema de las mascotas "atipicas", conozco un caso cercano que tenia de mascota una boa constrictor. Fueron al veterinario por visita periodica y le comentaron que su animalillo era de lo mas cariñoso; se subia al sofa al respaldo o a la alfombra y se estiraba todo lo que podia hasta quedar totalmente recta, segun ellos para que la rascaran la barriga, a lo cual el veterinario respondio "deshaceros inmediatamente de ella, os esta midiendo..."
VERIDICO, PUEDO JURARLO.
Me hablaron de un caso similar, no serían las primeras personas a las que su mascota devora. Cría cuervos que...
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