Road Trip (Viaje de pirados)
Director: Todd Philips
Guión: Todd Phillips & Scott Armstrong
Música: Mike Simpson
Fotografía: Mark Irwin
Intérpretes: Breckin Meyer, Seann William Scott, Tom Green, Fred Ward, Amy Smart, Paulo Costanzo, DJ Qualls, Rachel Blanchard, Andy Dick
(EE.UU) 2000
La historia:
Josh Parker se separa por primera vez de su novia Tiffany, a la que conoce desde niño, al entrar en la universidad de Ithaca. Por allí anda Beth, compañera guapa y divertida que está colgada por el chaval, a la ecuación se le añade el juerguista E.L y ya tenemos lío montado. A pesar de haber jurado fidelidad a su pareja Josh se acuesta con Beth grabándolo en vídeo. La copia de la cinta se envía por error a Tiffany. Para salvar su relación Josh se embarca en un loco viaje a Austin (donde se encuentra la Facultad de su novia) junto con E.L, el porreta Rubin y el pardillo con coche Kyle.
¡Empieza la juerga!
Viaje alucinante y alucinógeno (ver escena del porche con perro parlante incluído) al corazón de la inmadurez, la irresponsabilidad y la indecencia, es decir, al centro mismo del paraíso. Como nos recuerda sabiamente E.L (interpretado por un afortunadamente encasillado Seann William Scout) con su lúcida filosofía hedonista.
“Cada vez que pasas del sexo te engañas a ti mismo, recapacita, estás en la universidad, el número de oportunidades de beber, tomar drogas y acostarte con jovencitas disminuye día a día”
Esta frase debería estar sobre el marco de la puerta de la habitación de cualquier adolescente que se precie, o directamente tatuada en su trasero.
¿Qué importa que la película esté plagada de clichés (fiestas universitarias con sexo, alcohol y drogas, experimentación sexual adolescente…), los personajes sean estereotipos (guapo ligón, buen chico preocupado por su relación, “nerd-marciano”, padre colérico, fumeta-intelectual…) y el guión sea inexistente, si la diversión está asegurada? Todo aquel que sea humano y todavía le corra sangre por las venas desearía estar en la piel de los simpáticos protagonistas, ¿O es que a nadie le gustaría volver a tener dieciocho años, estar libre de preocupaciones maritales, fiscales y laborales y pasar el tiempo libre bebiendo con los “colegas” o acostándose con bellas y estupendas señoritas (me refiero sin pagar)? El que diga lo contrario es un mentiroso o un reprimido.
Si seguís leyendo todavía seguramente seréis de los míos, ¡unámonos salidos del mundo! Robemos el autobús escolar a una ciega, fumemos marihuana, forniquemos lo que podamos, y vayamos rumbo a Austin para ayudar a nuestro amigo Josh, que el pobrecito todavía tiene remordimientos por haber sido infiel… ya aprenderá y dejará de arrepentirse, y sino… ¡al tiempo!
Para el recuerdo cinéfago quedan varias escenas. El “desvirgue” de E.L. a manos de una eficiente enfermera (vía anal, of course), las ansias de violencia de Barry ante el terrario y su filia por la depredación animal, la escena “romántica” que supone el estreno de Rubin con una mujer de “peso”(XXL) y como no, el magnífico salto del puente al volante del coche del padre de Kyle y su espectacular (y gratuíta) explosión posterior.
Puede que ya lo hayamos visto antes, seguramente mejor hecho y con más gracia, pero la risa, la inconsciencia y la mala uva son siempre bien recibidas.
Director: Todd Philips
Guión: Todd Phillips & Scott Armstrong
Música: Mike Simpson
Fotografía: Mark Irwin
Intérpretes: Breckin Meyer, Seann William Scott, Tom Green, Fred Ward, Amy Smart, Paulo Costanzo, DJ Qualls, Rachel Blanchard, Andy Dick
(EE.UU) 2000
La historia:
Josh Parker se separa por primera vez de su novia Tiffany, a la que conoce desde niño, al entrar en la universidad de Ithaca. Por allí anda Beth, compañera guapa y divertida que está colgada por el chaval, a la ecuación se le añade el juerguista E.L y ya tenemos lío montado. A pesar de haber jurado fidelidad a su pareja Josh se acuesta con Beth grabándolo en vídeo. La copia de la cinta se envía por error a Tiffany. Para salvar su relación Josh se embarca en un loco viaje a Austin (donde se encuentra la Facultad de su novia) junto con E.L, el porreta Rubin y el pardillo con coche Kyle.
¡Empieza la juerga!
Viaje alucinante y alucinógeno (ver escena del porche con perro parlante incluído) al corazón de la inmadurez, la irresponsabilidad y la indecencia, es decir, al centro mismo del paraíso. Como nos recuerda sabiamente E.L (interpretado por un afortunadamente encasillado Seann William Scout) con su lúcida filosofía hedonista.
“Cada vez que pasas del sexo te engañas a ti mismo, recapacita, estás en la universidad, el número de oportunidades de beber, tomar drogas y acostarte con jovencitas disminuye día a día”
Esta frase debería estar sobre el marco de la puerta de la habitación de cualquier adolescente que se precie, o directamente tatuada en su trasero.
¿Qué importa que la película esté plagada de clichés (fiestas universitarias con sexo, alcohol y drogas, experimentación sexual adolescente…), los personajes sean estereotipos (guapo ligón, buen chico preocupado por su relación, “nerd-marciano”, padre colérico, fumeta-intelectual…) y el guión sea inexistente, si la diversión está asegurada? Todo aquel que sea humano y todavía le corra sangre por las venas desearía estar en la piel de los simpáticos protagonistas, ¿O es que a nadie le gustaría volver a tener dieciocho años, estar libre de preocupaciones maritales, fiscales y laborales y pasar el tiempo libre bebiendo con los “colegas” o acostándose con bellas y estupendas señoritas (me refiero sin pagar)? El que diga lo contrario es un mentiroso o un reprimido.
Si seguís leyendo todavía seguramente seréis de los míos, ¡unámonos salidos del mundo! Robemos el autobús escolar a una ciega, fumemos marihuana, forniquemos lo que podamos, y vayamos rumbo a Austin para ayudar a nuestro amigo Josh, que el pobrecito todavía tiene remordimientos por haber sido infiel… ya aprenderá y dejará de arrepentirse, y sino… ¡al tiempo!
Para el recuerdo cinéfago quedan varias escenas. El “desvirgue” de E.L. a manos de una eficiente enfermera (vía anal, of course), las ansias de violencia de Barry ante el terrario y su filia por la depredación animal, la escena “romántica” que supone el estreno de Rubin con una mujer de “peso”(XXL) y como no, el magnífico salto del puente al volante del coche del padre de Kyle y su espectacular (y gratuíta) explosión posterior.
Puede que ya lo hayamos visto antes, seguramente mejor hecho y con más gracia, pero la risa, la inconsciencia y la mala uva son siempre bien recibidas.
2 comentarios:
Se me pusieron los dientes largos.
¿Donde estan esas universidades y esas fiestas repletas de tias deseando "comer" de todo? desde luego, en España somos bien sositos
Desde luego en la facultad en la que yo estudié (sí amigos, hubo un tiempo en el que fui un joven aplicado) nada de nada, nosotros tenemos el fútbol, la paella y el jamón serrano, en algo tenían que ganarnos... además las chicas españolas son mucho más guapas que las norteamericanas, ¡Dónde va a parar!
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