The Fair-Haired Child (En el sótano)
Director: William Malone
Guión: Matt Greenberg
Música: Nicholas Pike
Fotografía: Brian Pearson
Intérpretes: Walter Phelan, Jesse Hadock, Haley Morrison, Ian Wallace, Lindsay Pulsipher, William Samples, Lori Petty
(EE.UU) 2005
William Malone, (reconozco que no sabía que este tipo dirigía ningún episodio de la serie) director hasta la fecha de productos de terror para todos los públicos bastante dados al bostezo como “House of Haunted Hill” o “Miedo punto com” es el encargado de sumergirnos en este nuevo capítulo de oscura ficción.
Director: William Malone
Guión: Matt Greenberg
Música: Nicholas Pike
Fotografía: Brian Pearson
Intérpretes: Walter Phelan, Jesse Hadock, Haley Morrison, Ian Wallace, Lindsay Pulsipher, William Samples, Lori Petty
(EE.UU) 2005
William Malone, (reconozco que no sabía que este tipo dirigía ningún episodio de la serie) director hasta la fecha de productos de terror para todos los públicos bastante dados al bostezo como “House of Haunted Hill” o “Miedo punto com” es el encargado de sumergirnos en este nuevo capítulo de oscura ficción.
Sinopsis:
Tara es raptada al salir del instituto. Despierta en lo que parece un sanatorio pero en realidad se trata de una mansión victoriana. Los dueños de la casa la encierran en el sótano dónde un joven llamado Jhonnie se encuentra sólo, el chico no puede hablar pero poco a poco van comunicándose a través de gestos y éste le explica a la chica el peligro que corre permaneciendo allí, él es tan sólo un recipiente corpóreo para que el alma del hijo del matrimonio dueño de la casa, (el cual murió ahogado años atrás) vuelva a cobrar vida. Para ello doce niños han de ser sacrificados en cada aniversario del primogénito, una criatura del averno se encarga de matar a los menores, según lo pactado con el príncipe de las tinieblas. El joven conseguirá mediante una negociación con Lucifer cambiar la vida de los doce niños por las dos de sus progenitores, salvando así a la chica.
El comienzo es impactante e inesperado, primero un hombre atropella a una estudiante y la introduce en la parte de atrás de su furgoneta. Fundido en negro. La joven aparece en la habitación de un supuesto sanatorio y una mujer se hace pasar por enfermera, aunque todos sabemos que no lo es, la frialdad clínica de la sala donde Tara es interrogada sobre su historial médico parece sacada de la peor de las pesadillas, el cuestionario aparente normal pronto dejará entrever oscuras intenciones, entre las clásicas preguntas del tipo: ¿Tienes alguna enfermedad sanguínea?, se cuela una violenta: ¿Has mantenido alguna vez relaciones sexuales?, para más tarde acabar provocando el pánico con un… ¿Has sido bautizada? El oscurantismo parece ya inevitable en el devenir de la historia. La estudiante intenta escapar, se asoma a la ventana y grita auxilio llena de angustia pero nadie la oye, se encuentra encerrada en mitad de ninguna parte.
No menos truculento es el sótano donde la encierran a continuación, no hay indicios de ventana ni ventilación alguna en este lugar mohoso y polvoriento lleno de huesos, donde un joven intenta suicidarse con una soga al cuello, las paredes están llenas de inscripciones que avisan del peligro que corren los huéspedes de tan siniestro agujero, no hay salida, la tensión comienza a crecer, las puertas a otras habitaciones sólo contienen más desesperanza, restos de cadáveres y sangre esparcida en cada rincón son signos inconfundibles de que la muerte acecha y está ya muy próxima. La terrorífica sorpresa, precedida por los espasmódicos movimientos del chico, llega en forma de un ser alopécico de baja estatura y afilados rasgos que sube de las profundidades del averno para cobrarse la recaudación del maligno en forma de vida humana.
A partir de aquí la lucha por la supervivencia será ardua cuanto menos, una indefensa mortal contra un monstruo salido de las tinieblas, sin embargo, el mudo huésped parece tener voz en esta guerra, él es el continente que espera la llegada de un alma que vaga por el purgatorio o yace ya en el mismo infierno. Advierte a Tara de lo que va a pasar, a pesar de todo la incontenible bestia infernal acaba por devorarla.
Finaliza el ritual y el añorado hijo pródigo vuelve a la vida gracias a la sangre derramada, sus padres recuperan la felicidad y la cordura antaño perdidas, sin embargo Johnnie no parece muy agradecido con el gesto que han hecho por él, ha llegado a un acuerdo con Belcebú para cambiar las vidas de los doce niños por las de sus dos progenitores los cuales se topan cara a cara con el poder de las oscuridad que acaba trágicamente con sus vidas. La joven estudiante vuelve a la vida, no recuerda nada, ya que Johnnie la a sedado para que sus terribles recuerdos no la hagan caer en shock y vaya recoradando poco a poco. La escena final llena de luz contrasta con la atmósfera sombría del resto del film, los dos jóvenes pasean por el jardín en un día soleado mientras dejan a su paso la tumba de los padres de Johnnie.
La actitud maquiavélica de los destrozados progenitores plantea una clara pregunta, ¿la vida de un hijo está por encima de todo?, ¿justifica la vida de nuestro retoño matar a todos los niños que sean necesarios, para devolvernos su ansiada presencia? Aunque en el film se trate desde un punto de vista fantástico y exagerado, esta idea siempre ha estado presente en la vida del ser humano, (un claro caso en el mundo contemporáneo es el tráfico de órganos) La película está claramente en contra de esta idea y prueba de ello es que los progenitores se presentan como los malvados de la función, ella una demente, fría, cruel y manipuladora, él una sombra de lo que fue, débil y atribulado, continúa culpándose por la muerte de su hijo por no saber nadar y no poder rescatarlo, desde entonces ella lo maneja a su voluntad para dejar que el terrible pacto siga cumpliéndose cada cumpleaños.
El punto más flojo de la cinta son los flasbacks que recuerdan la muerte del joven, parecen querer emular cromática y dramáticamente a ciertas películas de Ingmar Bergman como “El séptimo sello” o “La hora del lobo”, cayendo en el ridículo más absoluto, más que un homenaje cinéfilo al maestro sueco, consiguen una parodia “chanante” de estas obras maestras.
La película posee una loable atmósfera enrarecida, sustentada fundamentalmente por la presencia de la madre del chico, su extremada delgadez, su pálido rostro, sus cortos cabellos, unidos a su fría y secante actitud componen un personaje realmente escalofriante.
El resultado final del metraje es correcto, se echa en falta no obstante más personalidad tras las cámaras, una cinta de género debe ser más visceral, sobre todo si es de terror, la interesante y macabra historia se ve truncada en parte por ese aire mainstream y esa fotografía de telefilm barato, ¡lástima!.
Tara es raptada al salir del instituto. Despierta en lo que parece un sanatorio pero en realidad se trata de una mansión victoriana. Los dueños de la casa la encierran en el sótano dónde un joven llamado Jhonnie se encuentra sólo, el chico no puede hablar pero poco a poco van comunicándose a través de gestos y éste le explica a la chica el peligro que corre permaneciendo allí, él es tan sólo un recipiente corpóreo para que el alma del hijo del matrimonio dueño de la casa, (el cual murió ahogado años atrás) vuelva a cobrar vida. Para ello doce niños han de ser sacrificados en cada aniversario del primogénito, una criatura del averno se encarga de matar a los menores, según lo pactado con el príncipe de las tinieblas. El joven conseguirá mediante una negociación con Lucifer cambiar la vida de los doce niños por las dos de sus progenitores, salvando así a la chica.
El comienzo es impactante e inesperado, primero un hombre atropella a una estudiante y la introduce en la parte de atrás de su furgoneta. Fundido en negro. La joven aparece en la habitación de un supuesto sanatorio y una mujer se hace pasar por enfermera, aunque todos sabemos que no lo es, la frialdad clínica de la sala donde Tara es interrogada sobre su historial médico parece sacada de la peor de las pesadillas, el cuestionario aparente normal pronto dejará entrever oscuras intenciones, entre las clásicas preguntas del tipo: ¿Tienes alguna enfermedad sanguínea?, se cuela una violenta: ¿Has mantenido alguna vez relaciones sexuales?, para más tarde acabar provocando el pánico con un… ¿Has sido bautizada? El oscurantismo parece ya inevitable en el devenir de la historia. La estudiante intenta escapar, se asoma a la ventana y grita auxilio llena de angustia pero nadie la oye, se encuentra encerrada en mitad de ninguna parte.
No menos truculento es el sótano donde la encierran a continuación, no hay indicios de ventana ni ventilación alguna en este lugar mohoso y polvoriento lleno de huesos, donde un joven intenta suicidarse con una soga al cuello, las paredes están llenas de inscripciones que avisan del peligro que corren los huéspedes de tan siniestro agujero, no hay salida, la tensión comienza a crecer, las puertas a otras habitaciones sólo contienen más desesperanza, restos de cadáveres y sangre esparcida en cada rincón son signos inconfundibles de que la muerte acecha y está ya muy próxima. La terrorífica sorpresa, precedida por los espasmódicos movimientos del chico, llega en forma de un ser alopécico de baja estatura y afilados rasgos que sube de las profundidades del averno para cobrarse la recaudación del maligno en forma de vida humana.
A partir de aquí la lucha por la supervivencia será ardua cuanto menos, una indefensa mortal contra un monstruo salido de las tinieblas, sin embargo, el mudo huésped parece tener voz en esta guerra, él es el continente que espera la llegada de un alma que vaga por el purgatorio o yace ya en el mismo infierno. Advierte a Tara de lo que va a pasar, a pesar de todo la incontenible bestia infernal acaba por devorarla.
Finaliza el ritual y el añorado hijo pródigo vuelve a la vida gracias a la sangre derramada, sus padres recuperan la felicidad y la cordura antaño perdidas, sin embargo Johnnie no parece muy agradecido con el gesto que han hecho por él, ha llegado a un acuerdo con Belcebú para cambiar las vidas de los doce niños por las de sus dos progenitores los cuales se topan cara a cara con el poder de las oscuridad que acaba trágicamente con sus vidas. La joven estudiante vuelve a la vida, no recuerda nada, ya que Johnnie la a sedado para que sus terribles recuerdos no la hagan caer en shock y vaya recoradando poco a poco. La escena final llena de luz contrasta con la atmósfera sombría del resto del film, los dos jóvenes pasean por el jardín en un día soleado mientras dejan a su paso la tumba de los padres de Johnnie.
La actitud maquiavélica de los destrozados progenitores plantea una clara pregunta, ¿la vida de un hijo está por encima de todo?, ¿justifica la vida de nuestro retoño matar a todos los niños que sean necesarios, para devolvernos su ansiada presencia? Aunque en el film se trate desde un punto de vista fantástico y exagerado, esta idea siempre ha estado presente en la vida del ser humano, (un claro caso en el mundo contemporáneo es el tráfico de órganos) La película está claramente en contra de esta idea y prueba de ello es que los progenitores se presentan como los malvados de la función, ella una demente, fría, cruel y manipuladora, él una sombra de lo que fue, débil y atribulado, continúa culpándose por la muerte de su hijo por no saber nadar y no poder rescatarlo, desde entonces ella lo maneja a su voluntad para dejar que el terrible pacto siga cumpliéndose cada cumpleaños.
El punto más flojo de la cinta son los flasbacks que recuerdan la muerte del joven, parecen querer emular cromática y dramáticamente a ciertas películas de Ingmar Bergman como “El séptimo sello” o “La hora del lobo”, cayendo en el ridículo más absoluto, más que un homenaje cinéfilo al maestro sueco, consiguen una parodia “chanante” de estas obras maestras.
La película posee una loable atmósfera enrarecida, sustentada fundamentalmente por la presencia de la madre del chico, su extremada delgadez, su pálido rostro, sus cortos cabellos, unidos a su fría y secante actitud componen un personaje realmente escalofriante.
El resultado final del metraje es correcto, se echa en falta no obstante más personalidad tras las cámaras, una cinta de género debe ser más visceral, sobre todo si es de terror, la interesante y macabra historia se ve truncada en parte por ese aire mainstream y esa fotografía de telefilm barato, ¡lástima!.
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